20 de mayo de 2024

Misión

MISIÓN

Siempre será aprender, tener capacidad de almacenar, de procesar y de crear conocimientos de nuestra cultura. Un Cronista Municipal es un funcionario con rango de autoridad, que debe prestar sus servicios al Ayuntamiento y a la colectividad en general. El Cronista tiene un cargo con base legal que debe estar contemplado en la Ley Orgánica del Poder Público Municipal, teniendo como misión “recopilar, documentar, conservar y defender las tradiciones, costumbres y hábitos sociales de su comunidad”.

INTRODUCCIÓN

Cronista es el escritor que recopila y redacta hechos históricos o de actualidad. Hasta la época de la ilustración era un equivalente de historiador y ocupaba un cargo oficial para desempeñar estas funciones. Antes de la aparición del periodismo moderno y la sistematización de la crónica como un género periodístico, se tenía por cronista al escritor que narraba acontecimientos de interés histórico; el término era casi equivalente a historiador, los historiadores y cronistas se han distinguido por la voluntad de veracidad en sus relatos desde la antigüedad. En la Edad Moderna, se entendía que el cronista documentaba hechos y costumbres, por lo que en la práctica se lo diferenciaba de los autores de historias generales. Un cronista no tiene escapatoria del pasado: trabaja siempre con recuerdos. Son recuerdos ajenos de la gente que le cuenta los hechos. Son recuerdos propios cuando tuvo la suerte de ser testigo y reconstruye lo que le contaron, un cronista suele disfrutar del lujo del tiempo, pero tampoco puede escapar de él: “ cuando trabaja por su cuenta y vive de escribir historias, el tiempo a su disposición no es siempre el mismo, a veces tres días, otras, dos semanas, o con insólita suerte, cinco meses. No hay solo una tecnología de la escritura, también hay precariedad de la lectura; “soñamos con un lector que no existe”, recuerda Alma Guillermo Prieto.

A diferencia de los diarios, algunas revistas se dan el lujo de dar más tiempo a sus autores para entregar una historia, es decir, se dan el lujo de haber sido hechas para leer y sorprender. Sólo en esos casos, un cronista tiene más oportunidades de buscar una cosa y encontrar otra, inesperada, lo más emocionante para un cronista es descubrir cosas que no está buscando. ¿No es acaso una paradoja buscar al azar?, pero ésta búsqueda del azar cuesta también tiempo y trabajo. Cuesta preguntarse qué es digno de contarse y qué es digno de callar. Y cuesta aprender a esperar a que suceda algo digno de contarse. Para escribir una historia hay que aprender a sorprenderse, a veces la única condición para escribir una historia de verdad es aprender a esperar.